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Tantas veces como reclamamos justicia y reinvindicamos nuestros derechos, tambien Dios tiene sus derechos que son deberes para con nosotros. Fue Jesucristo quien nos dijo: Dad a Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. Pues tomemos nota y cumplamos lo que a Dios le corresponde que le demos: AMOR, ADORACIÓN, GRATITUD Y REPARACIÓN.



20 de marzo de 2012

LOS LUGARES SANTOS SON PARA LAS ALMAS LO QUE LOS HIPERMERCADOS PARA EL CUERPO

Todos los lugares santos donde se honra a Mi Santa Madre o a Mí Mismo, donde ha habido revelaciones auténticas, donde se ha creado un sin fin de actos piadosos para honrar y desagraviar al Cielo, esos lugares están llenos de gracias espirituales que son aplicadas al alma aun cuando las almas no se den ni cuenta. Yo, Jesús, os hablo.

Los lugares santos son para las almas lo que los hipermercados para el cuerpo. Están llenos de bienes espirituales, porque allí hay paz, oración, reparación, penitencia, solidaridad, comunión unos con otros, gloria y culto a Dios y a Mi Santísima Madre. Sí, hijos sí, os sugiero que vayáis a visitar los lugares santos. Santuarios donde acuden enfermos y pecadores y en los cuales muchos encuentran allí la salud del cuerpo y la salud del alma, y si no sanan las enfermedades del cuerpo, las sobrellevan de forma admirable desde ese momento que visitaron el lugar santo. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, vosotros que en tiempo de vacaciones organizáis vuestros viajes y decidís ir a tal o cual sitio, proponeros de vez en cuando, alguna vez en vuestras vidas visitar lugares santos, lugares santos históricos también, pues el Cielo derrama abundantes gracias y bienes espirituales a quienes deciden ir a visitarlos, porque hijos, en esos lugares está Mi Santa Presencia y la de Mi Madre Santísima. Allí estoy Yo en medio de vosotros donde os reunís para celebrar la Santa Misa, confesar, rezar el Rosario, o leer Mi Sagrada Palabra. Yo, Jesús, os hablo.

Así que hijos, visitad esos lugares, los Santuarios de Mi Madre Amadísima, los pueblecitos de Mis santos, para que ellos desde su gloria celestial os colmen de beneficios espirituales y os protejan en vuestro peregrinar hacia la Patria Celestial. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz a todo aquel que cree y pone en práctica estos mensajes.